Lo ví entrar el baño de generales, era guapo y usaba lentes con un toque retro.
Sus gestos delataron cuál era el propósito de su visita al baño.
Entré trás él como buena ave de rapiña que era.
Su picha grande se salía de sus manos, era exhibida en el centro de aquella sala como un trofeo.
La agarré con mi mano y el guapetón de lentes se asustó tanto que salió del baño con el bulto debajo del pantalón, insinuante. En mi calentura lo perseguí, cuando lo encontré hacía fila para tomar un autobús, lo llamé insistentemente, yo quería disfrutar de su gran picha y él tenía miedo de ofrecerla.
4 comentarios:
Te subiste al colectivo, me imagino
Rubio, pues no, el autobus era directo a una ciudad un poco lejana.
Qué bueno tenerte por acá!!!
Ooh!! que exitante!! ojalá se hubiera dejador chupar jeje
Hola Julian.
Lastimosamente no se dejó.
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