13/1/10

Una noche contigo...

Yo que ansiaba más que nunca dormir entre sus brazos y esa seria la noche en que tendría la oportunidad.

Andrecito era un sol de hombre... tierno, amable, atento y sobre todo un papacito delisioso como pocos.

Yo sabía que él no se metía con maes con pareja... pero creo que lo incentivé tanto que aceptó salir a tomarse algo conmigo. Ese día después de clases pasé por su oficina y ya estaba listo esperándome en la entrada.

Era de los pocos maes que me movían el piso de tal manera que yo decidiera ponerme de 4 patas.

Luego de cuatro cervezas, yo estaba más que dispuesto a escaparme ese lunes del mes de mayo. Él era de esos tipos que siempre están anuentes a disfrutar de la vida y más si era una noche de pasión.

Nos fuimos a un hotelillo de cuarta ubicado en el centro de San José y nos desnudamos con mucha prisa y más ansiedad... su pequeño pecho era un cofre de besos cariñosos y de grandes muestras de resistencia aeróbica. Al sentir su piel tibia contra la mía caí preso de sus anhelos y me entregué por completo.

Él no era un mae superdotado (en cuanto a tamaño) pero lo disfrute como si tuviera la picha más rica del mundo. Su pene erecto era un trofeo ansiado por muchos meses... Dos horas después de haber empezado su cuerpo caliente estalló dentro del mío, dejandome exahusto pero feliz.

Andrecito durmió con su pequeño cuerpo sobre el mío y sosteniendo mi picha en reposo con sus manos mágicas. Un rato más tarde acróbaticamente se sentó sobre mi picha y con el movimiento soñado por un bailarin de manbo me escurrió por segunda vez esa noche... él empezó a masturbarse llenando mi pecho y cara con su lechita deliciosa.

Fue la única noche que pasamos juntos. Cada uno siguió su vida por si lado.

Andrecito si alguna vez lees esto quisiera pasar otra noche contigo.