Bah pero si todo el mundo va!!! - fue la excusa de Afa a mi cara de asco en respuesta a su comentario acerca de asistir a un sauna. Pero la verdad es que la curiosidad me comía por dentro pegando brinquitos que dejaban ver mi exaltación y mi repugnancia.
Al fin acepté la invitación de Afa a acompañarlo, un día despues del trabajo y un ratito nada más, al sauna.
Ese jueves me esperó fuera de la oficina, caminamos avenida segunda arriba, Cuesta de Moras, una cuadra después del Museo Nacional y entramos por un portón de metal como a media cuadra. Afa pagó el derecho de admisión, después de mostrar nuestros documentos de identidad, se abrió una puerta y accedimos a una sala amplia con una guardarropia y un mae sonriente detrás de un mostrador.
Él - ¿Cuánto calza? -. Yo - 39 -. El dependiente me dio un par de sandalias del color verde orinal más espantoso que había visto en mi vida.
Seguí a Afa hasta un cuarto anexo lleno de lockers en el que estaban tres hombres, dos jóvenes y uno un toque mayor, semidesnudos. Uno de los jóvenes era un hombre guapo, con sombra de barba, buen cuerpo, cabellos oscuros y excelente bronceado.
Mientras me desnudaba para ponerme la toalla de tela (docoma) que dan en la entrada para no exhibir las gracias, el hombre guapo me miraba (en aquellos tiempos no tenía kilos de más y mi estómago empezaba a verse marcado) pero terminó de vestirse, se peino velozmente y se fue. Sólamente mi bóxer me separaba de la completa desnudez entonces coloqué cuidadosamente la tela alrededor de mi cintura (no al mejor estilo de una Odalisca griega), guardé la ropa dentro del locker y fui a buscar una ducha para quitarme el sudor del día y refrescarme. Para mi sorpresa el sitio estaba limpio, olía a limpio y contrario a lo que imaginaba no habían maes cogiendo a la libre en los pasillos.
Mi amigo Afa tenía por lo menos 15 minutos de haber desaparecido y yo continuaba buscando la ducha en aquel lugar oscuro, húmedo y caliente. Me duché con agua fría y jabón de dispensador. Afa apareció buscándome, me tomó de la mano y me llevó a un reservado que consistía en un cuartito, con colchón verde (que combinaba espantosamente con las sandalias), un dispensador de papel higiénico y un espejo grande en la pared. En el reservado nos esperaba un tipo joven con tremendo cuerpazo, blanco pero bronceado...

El tipo al vernos abrió los ojos de exitación, me tomó por la cintura y me subió al camastro desnudo, intentó besarme pero ante mi negativa pasó a lamer mi pecho con desesperación mientras Afa lo masturbaba con frenetica alegría. Afa se colocó detrás del hombre, posó su picha erguida sobre el ano del tipo y aquel empezó a gemir y a pedir que lo penetraran... Yo asustado por la situación le dije a Afa que tuviera cuidado... que mejor no lo hiciera. Mi amigo sacó un condón de entre la tela que estaba tirada sobre el camastro, se lo puso, se puso otro y penetró al tipo que gritó y empezó a mamármela despacito... Logré venirme antes que Afa, saqué mi picha de la boca del tipo antes de venirme y los dejé en el cuartucho.
Me dirigí de nuevo a la ducha a lavarme cuidadosamente, al terminar entré a un laberinto de pasillos de paredes con azulejo, llenos de un vapor caliente. Mis ojos tardaron en acostumbrarse a la oscuridad de aquellos pasillos, en el primer giro me topé de frente a un viejo panzón que estiró su mano para tocarme (como si yo llevara un rotulo de "tócame" en la frente) lo esquivé.
Caminé un poco más e ingresé a un minicuartito donde dos maes estaban apretando (besándose), ellos se quitaron las telas que los cubrián y empezaron a masturbarse mutuamente... al rato éramos varios los espectadores, uno de ellos alzó su mano en dirección a mí y me acercó a ellos delicadamente, su amigo me vio y dirigió sus labios carnosos hacia mi boca... sentí las manos de ambos quitándome la tela blanca de la cintura y recorriendo mi cuerpo sudoroso... Un tipo alto de una picha perfecta estaba frotándose contra mi cuerpo al segundo siguiente y ...
Continuará...